Añoro tu presencia en esa mesa,
la fuerza de tus torpes manos grandes,
sosteniendo aquel vicio de fumar.
El café amargo, pegajoso en el fondo
la ronca voz de infinita ternura
y esa forma tan tuya de abrazar.
Siempre en el mismo sitio del tablero
repartiendo sincero
los consejos
ahora tu silla, cuan vacía está.
Las brevas estarán
este diciembre
las morderé cada año recordando
ese dulce sabor a navidad.
Generosa Valdez.


