Busco tu corazón
en una estrella,
en mi quántica vida
solo existe la espera
y una voz que repite,
que repite que vuelvas,
porque nada palpita
en la bóveda izquierda.
Tú no eras de este mundo
y el mundo te envidiaba,
aun así te encantaba
burlarte de sus glorias
con una inteligencia
sarcástica y graciosa
que opacaba los brillos
desvistiendo las cosas.
Tu fortuna era el templo
de los sueños alados,
elevabas cometas
sin tener una piola,
fabricabas castillos
en la choza de barro
caminando sereno
como un jeque sin ropa.
Nunca tanta riqueza
contemplaron mis ojos,
no existían imposibles
ni aburridas historias,
y en el cuento de niña
con castillo encantado
navegábamos juntos
hacia tierras ignotas.
En mi quántica vida
solo existe la espera
Te busco con las fórmulas
de las pócimas viejas
en el tiempo sin tiempo,
anhelando que vuelvas
porque nada palpita
en mi bóveda izquierda.
Generosa Valdez

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