Cada célula tuya
que circula en las venas
con tu loco ADN
me recuerda que truena,
este amor infinito
que se llama existencia
que tu vives en todos
y de extraña manera.
Sin embargo, uno solo,
es tu copia perfecta,
el muchacho valiente
que su vida la arriesga,
el que escribe bonito,
el rebelde que crea,
mi niño consentido,
el que lleva tu huella.
Tiene el alma vibrante,
rebosante
en quimeras
y derrama su pecho
sentimientos de seda;
es un ser luminoso,
es un ángel que vuela,
por el mundo encantado
de la mágica idea.
Yo al mirarlo te miro,
miro en él tu grandeza,
no le importa lo vano,
no persigue riquezas,
cuando intento pesarle,
toda pesa revienta
porque pesa quilates
su virtud y su nobleza.
Abierto el testamento,
repartida la herencia,
los genes que legaste
con gran inteligencia
solo hicieron de aquel
una copia perfecta.
Generosa Valdez.
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