Si aquel que
fue parido por tu madre
ha de subir
al cielo donde moras,
si
apiadándose Dios de sus pesares
ha de
extender su mano milagrosa;
despediré sin
llanto esta tristeza
al sentirle
contento en otro mundo,
pues en el
Valle eterno de las rosas
estarán los
hermanos por fin juntos.
Generosa Valdez
