Corso valiente que destruyendo cadenas
regaló para el mundo esperanza y quimeras,
mi amado bien, mi siempre amado héroe,
Notre Dame proclamó tu valor y tu suerte;
se erguirá nuevamente como en cada batalla,
se erguirá como templo de tu amor por la Francia.
Fuiste sol en las noches, derribando bastiones,
tu espada en cada lance lastimaba opresores;
nadie pudo tenerte, tu no fuiste de nadie,
nadie puede robarse un corazón tan
grande.
Amaste tanto el orden, con pasiones
severas,
que la furia divina con la pluma que enseña,
destruyó inquisiciones, sofocando la hoguera.
Tu no fuiste de nadie, nadie pudo tenerte,
Notre Dame entre llamas seguirá siendo fuerte
como el día en que el papado conoció tu grandeza
como el día en que tu mano... coronó tu cabeza.
Generosa Valdez



