Estoy
triste...
como un
cielo triste
con mi
vida triste
caminando
tristezas
con la lágrima
seca
que se espanta.
Estoy
triste....
en mi mundo triste,
sin consuelo
triste,
con mi absurda tristeza
Amurallada.
Esperando
triste,
que en mi puto tiempo,
el maldito
reloj
pare su
marcha..
Generosa Valdez
Yo te pido perdón
si te he ofendido,
yo te pido perdón a
ti rogando
he aceptado las
reglas y las leyes,
pero ausente de fe,
mi orgullo es vano.
He renunciado Dios
en este mundo,
a sentir como
siente el ser humano,
he querido alcanzar
la vida eterna
con torres de babel
que has derrumbado.
Si tan solo pudiese
ser humilde,
arrastrarme a tus pies en mi calvario,
si pudiese confiar en
tu palabra
simplemente aceptarte
sin dudarlo.
Generosa Valdez.
Ya no te puedo amar
aunque pudiera
es tal el sentimiento de vacío
que si volviese a amar
las hojas secas
se
con gotas de rocío.
Ya no te puedo amar
en mi se quiebra
la razón de vivir
todo es hastío
el invierno llegó
sus ramas yertas
es todo cuanto advierto
en mi camino.
Generosa Valdez.
Las guerras aritméticas son crueles
con fusiles las restas van sumando;
no importa si respiras, pues se mide,
cuanto oxígeno gastas respirando.
Para ocultar el juego
de las cifras,
humanistas discursos tarareados,
omiten que la sangre robustece
las empresas, las bolsas y los bancos.
No interesa si solo mueren sirios,
afganos, croatas, bosnios
o ucranianos;
los pecados se lavan en el cine,
en iglesias, burdeles y mercados.
Si buscas entender lo que sucede,
olvídate de buenos y de malos
es solo que el conteo de los muertos
aumenta la chequera de unos cuantos.
He de vivir tan sola
como las hojas secas,
ya no me importa nada
soy una viva muerta;
mis días ya no tienen
razón en esta tierra,
el llanto ya no llora,
mi corazón se quiebra.
Allá donde lo humano
descansa sus miserias,
ha de nutrir mi cuerpo
la engusanada tierra;
allá donde no existen
gemidos ni dolencias ,
allá done la nada
no llora sus tristezas.
Ya fatigada el alma
se rinde en esta guerra,
los días ya no ríen
las noches ya no sueñan;
Se pisan en el nombre
de libertades huecas,
valores y principios,
se vende la conciencia...
y todos esos vicios
en inmorales reglas
arrastran al suplicio
la humanidad completa.
En lógicas mundanas
sin leyes que contengan
lo que es izquierdo un día,
resulta ser derecha
y todo se confunde
todo se tergiversa,
los buenos son los malos
no existen diferencias.
Mas aunque el desarrollo
la técnica y la ciencia
del ser civilizado
ensalce la sapiencia,
aunque con sus discursos
los doctos ya no quieran
con el tamiz Divino
purificar la idea,
el caos no ha de librarse
jamás de la sentencia
y en ese breve instante
de rendición de cuentas,
pagará el ser humano
su demoniaca afrenta.
que desean
camuflarse en la espesura,
no lograrán que
el cazador se aleje,
el seguirá
buscando sin premura.
Ya sabe de los
rastros que han dejado
aquellos que
viviendo en las alturas
piensan que la
verdad ha enmudecido
en las frondosas copas de las dudas.
Confiados seguirán
pero no saben
que a la noche le
sigue la alborada
y que el brillo
solar de los que saben
ha de mostrar al
mundo sus jugadas.
Generosa Valdez.
trazando líneas en la quieta inercia,
avanza inamovible... sin llegada;
Le rogué que escribiera pero dijo
ya déjame dormir… estoy cansada.
Generosa Valdez.
Por qué me abandonaste
si tú mi todo eras.
La ingeniosa palabra
de una lógica idea,
la caricia invisible
con manotas de seda,
el hombre más perfecto
que ha pisado la tierra.
Por qué me abandonaste
si tú mi todo eras,
el melado de azúcar
que rimaba en las letras,
el valiente sensible,
el llorón en las guerras,
el Quijote sin Sancho
agitando banderas.
En donde he de encontrarte
en esta vida necia,
no existe quien te iguale,
quien tenga tu grandeza,
quien luche con molinos
con esa fe tan ciega,
quien derrumbe gigantes
pensando en Dulcinea.
Una niña perdida
añora tu presencia
te buco por el mundo
sin encontrar tu senda
Mas es grande el
silencio
y entiendo en mi tristeza
que ha muerto el caballero
de la armadura férrea.
En soledad que espanta
sin sueños y
quimeras
respondo sin preguntas
pregunto sin respuestas
Por qué me abandonaste
si tú mi todo eras.
Generosa Valdez.
