se agazapa
una fiera en el pasillo;
las dudas le
acobardan pues presiente,
que habrá de
lastimarlo aquel felino.
Astuto entre
las sombras se disfraza
preparando
el ataque con sigilo,
él le grita
a sus pies, pero no avanza,
lo confunden los miedos reprimidos.
Las ventanas
nasales agrandadas,
los poros
sudorosos y salinos,
los labios
ya sin sangre amoratados,
y los
dientes ruidosos, contenidos,
son síntomas
de pánico inminente,
un colapso
de músculo y tejido.
En el trance
letal paralizado,
con un frio
visceral, ya sin latidos,
cercano al
cruel zarpazo de la muerte,
apenas
respirando entre maullidos,
le devuelve
a la vida una voz calma
que susurra
insistente: ….es un gatito.
Generosa Valdez.
Generosa Valdez.







