Miro que el sol se aleja y deslumbrada
siento sus tibios rayos en mi cuerpo,
como si el brillo aquel de su mirada
permaneciese impávido en el tiempo.
Recuerdo la ternura de sus ojos,
el mágico reflejo de su sombra,
y envuelta en ilusión devoradora,
te observo ajeno, ausente,
inalcanzable.
Sucumbo a la razón, me turbo, tiemblo
torno a la realidad y amor ansío,
que este sueño que es mal y desvarío,
muera en mi corazón, que sufre y llora,
la pasión al no ser correspondido.
Generosa Vadez
Generosa Vadez






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