como el de aquella que me dio la vida,
es un soplo silvestre
que se esparce
es un roble exportado de la Asturias.
Cuando caigo en afanes
y tristezas,
aquel tronco me brinda buen refugio,
el viejo árbol guerrero
me aliviana
recordando a los héroes del Medulio.
Ya devuelta la fe tomo la espada
listo para enfrentar crueles
asedios,
no me importa batirme con romanos
ni enfrentar al tribuno Cayo Furnio.
Resuenan las alegres castañuelas
alejando pesares e infortunios;
la furia del honor arde en la sangre
y el roble sigue allí...fuerte
y seguro.
Generosa Valdez

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