Sacó una
regla
para medir la
frente,
lo observó en
cada trazo
inspeccionando,
si era normal.
Con un aire
Analítico, de
antaño,
soñó castrarlo;
echando a la
basura
por la ciencia,
cualquier asomo
de genialidad.
Aquel loco
soltó una
carcajada,
no entendía
esa preocupación
extraña,
que lo obligaba,
en todo, a ser igual.
Alzó sus ojos,
examinó al Psiquiatra,
tomó la regla,
se colocó su
bata,
aplicando las técnicas,
ya rancias,
del mismísimo Freud.
Esa cita de
orates programada
expidió al psicoanálisis,
en gracia,
certificado cruel de defunción;
pero el galeno,
rey de la jactancia,
se disfrazó de
cuerdo
y con audacia,
quiso finalizar
la medición.
Generosa Valdez

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